Ambulance with Red Flashing Lights

El alarmante aumento de la violencia contra los socorristas

Los socorristas canadienses se enfrentan a un peligro cada vez mayor cada día, y la violencia contra ellos aumenta a un ritmo alarmante. Desde los paramédicos hasta los trabajadores de la salud, quienes se dedican a salvar vidas se encuentran en el lado receptor de ataques violentos.

Incidentes impactantes ponen de relieve el problema

Justin Mausz, paramédico y codirector del Proyecto Violencia contra los Paramédicos, señala un marcado aumento de la violencia contra los profesionales de la salud y el personal de seguridad pública. La situación ha empeorado hasta tal punto que paramédicos como Paul Hills han experimentado situaciones que han puesto en peligro su vida en el trabajo.

“He sufrido amenazas de muerte y de muerte”, testificó Hills ante el Comité Permanente de Justicia y Derechos Humanos. “Me han apuntado con machetes y cuchillos y les han quitado armas a pacientes mientras atendía sus necesidades médicas”.

Estas historias personales ilustran las graves amenazas que enfrentan diariamente los socorristas y arrojan luz sobre lo que se ha convertido en una crisis nacional.

Una crisis nacional: salud mental y erosión del tejido social

Mausz subraya que la violencia contra los paramédicos y otros profesionales de la salud es sintomática de una crisis de salud mental más amplia. “Señala una gran crisis de salud mental comunitaria, una erosión de la confianza en las instituciones”, explicó. “Y ese tejido social se está deshilachando”.

El aumento de la violencia no se limita a los ataques físicos, sino que es un reflejo más profundo de los problemas sociales que afectan a Canadá. La confianza entre las comunidades y las instituciones se está debilitando, lo que expone a los trabajadores de primera línea a un mayor riesgo.

Proyecto de ley C-321: una respuesta legislativa a la violencia

En respuesta a estas crecientes amenazas, el proyecto de ley C-321 ha captado la atención nacional. El proyecto de ley, que actualmente se encuentra bajo revisión en un comité del Senado, busca modificar el Código Penal para que las agresiones contra los trabajadores de la salud y los socorristas sean un factor agravante durante la sentencia. Este cambio daría lugar a penas más severas para quienes ataquen deliberadamente a estos trabajadores de primera línea.

El diputado conservador Todd Doherty, que presentó el proyecto de ley, cree que la legislación debería haberse aprobado hace tiempo. “Necesitamos asegurarnos de que se apliquen sanciones más severas para quienes atacan consciente y deliberadamente a nuestros héroes de primera línea”, dijo en un comunicado.

La investigación revela el alcance de la violencia

Un estudio de 2023 dirigido por Mausz, publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health , pinta un panorama sombrío. Solo en la región de Peel, casi la mitad de los paramédicos en servicio activo denunciaron incidentes violentos en 2023, y un porcentaje significativo de ellos incluían agresiones físicas o sexuales.

Los resultados del estudio revelan que, en promedio, un miembro del servicio paramédico de la región de Peel sufre una agresión física o sexual cada 46 horas. Esta alarmante estadística subraya la necesidad de tomar medidas inmediatas para proteger a quienes arriesgan sus vidas para servir al público.

La urgencia de las protecciones legales

Mandy Johnston, paramédica y directora del programa Violencia externa contra paramédicos, destacó que muchas agresiones no se denuncian porque no hay consecuencias legales. “Los paramédicos sufren violencia con tanta frecuencia que no tenía sentido denunciarla porque ya la habían sufrido antes y no se había producido ningún cambio”, explicó.

Johnston tiene experiencia de primera mano con los peligros cada vez mayores que enfrentan los paramédicos. En los últimos tres años, los Servicios Paramédicos Regionales de Peel han denunciado casi 2000 incidentes violentos. Las paramédicas femeninas, en particular, han enfrentado incidentes inquietantes de agresión sexual mientras brindaban atención médica.

“Las acciones de los pacientes fueron intencionales, extendieron la mano para agarrar los senos, las nalgas o los genitales de los paramédicos mientras los ayudaban o brindaban atención”, dijo Johnston. “Lo cual es horrible, inexcusable e inaceptable”.

Un problema nacional

Si bien Ontario enfrenta un aumento significativo de la violencia contra los socorristas, el problema se extiende más allá de las fronteras provinciales. El jefe de policía de Victoria, Columbia Británica, Del Manak, ha expresado preocupaciones similares sobre la agresión que enfrenta el personal de emergencia en su ciudad.

Esta tendencia a nivel nacional ha provocado pedidos de mayores protecciones y garantías legales para garantizar que los socorristas no queden vulnerables en el cumplimiento de su deber.

El dilema moral de los socorristas

El aumento de los incidentes violentos no sólo plantea una amenaza física, sino que también crea un dilema moral para quienes son atacados mientras intentan brindar atención. “Se genera un dilema moral cuando la persona a la que se supone que debes cuidar es la persona que te trata de esa manera”, reflexionó Johnston.

Conclusión: protejamos a nuestros héroes de primera línea

El proyecto de ley C-321 representa un paso fundamental para abordar la violencia que enfrentan los socorristas en todo Canadá. Al modificar el Código Penal para introducir penas más severas para las agresiones contra estas personas, el proyecto de ley busca brindar protecciones legales muy necesarias. Con el apoyo de parlamentarios como Todd Doherty y defensores como Justin Mausz y Mandy Johnston, la esperanza es que esta legislación cree un entorno más seguro para quienes arriesgan sus vidas todos los días para proteger a los demás.

Fuente: https://www.nugget.ca/news/canada/violence-first-responders-canada

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